Y no morir así,
no cabe la menor duda.
Como las olas que pegan fuerte,
la marea crece,
el viento, a cuestas, te despeja el rostro
y como a mí la mente,
que te mantiene a salvo sin hundirte
y estás ahí, decidiendo que piedra saltar.
Escribo mientras camino firme
porque es la tierra que me sostiene,
mientras bailo con mis caderas y pies lo que más me mueve.
Aquí están,
los que ven y los que miran,
los que un anhelo cuidan
y protegen un deseo lleno de poder que no envejece.
Te ven o te miran. Son un montón y las miradas no riman.
No dudes ni te hundas en donde no puedas ser escuchado.
No olvides,
porque una memoria sin recuerdos no tiene sentido.
No dejes de creer,
¿por qué si no qué?
No dejes de ser,
porque al final vos decidís.